Salgo de Castrillo de Don Juan (Palencia) a las 8 de la mañana del día 7 de Septiembre de 2007. me lleva Miguel Angel (mi cuñado) y nos acompaña su amigo Germán. En Pamplona paramos a comer algo y continuamos hacia Francia. Al bajar el alto de Ibañeta, nos vamos dando cuenta de la verdadera dificultad de este puerto, y voy dudando si realmente estoy preparado para algo tan duro.Llegamos a Saint Jean Pied de Port a las 12:45, y lo primero que hacemos es montar la bici con las alforjas y buscar la oficina del peregrino para sellar la credencial y comenzar a realizar mi objetivo, que no es otro que iniciar el camino a Santiago.La encuentro y hay un cartel donde pone que está cerrada hasta las 13:30, así que volvemos al coche y me despido de los dos para que puedan volver a casa.
A las 13:30, estoy el primero para sellar la credencial, y comento al Sr. de la oficina que mi intención es ir por el camino. Me dice que no se me ocurra, ya que está impracticable.
Bajo por la cuesta y me preparo para dar pedales. Hay mucha gente y casi todos hablan francés, excepto una pareja con 2 niños a los que les escucho hablar en castellano. Les saludo al pasar y me animan “Ya queda menos”. Les respondo que todavía no he comenzado y arranco unas sonrisas de los mayores. Tomo la carretera, con mucho cuidado con la poca circulación que hay en esos momentos y me encuentro con pequeñas subidas y bajadas hasta llegar a Amegui, donde está la frontera de España y Francia. Tengo que subir un fuerte repecho para llegar a Valcarlos, donde después de repostar agua comienzo la dura subida hasta el alto de Ibañeta.
Son 17 Km. de una terrible subida con un paisaje precioso, entre árboles. Hacia la mitad del puerto baja una furgoneta con 4 jóvenes y sus bicis. Me paran y me preguntan que si queda mucho para llegar a Saint Jean, les respondo que si y pregunto que cuanto queda para llegar arriba. Se ríen y me dicen que no quieren desanimarme pero que queda un montón. Subo los primeros 15 Km. montado en la bici y los 2 últimos me bajo y voy caminando. Cuando el desnivel no es muy grande, vuelvo a montar, pero cuando después de salir de una curva veo la ermita y la cruz del alto de Ibañeta, se me abren los cielos.
En el alto hace un viento frío así que sin esperar mucho tiempo inicio el descenso. Son 2 Km. de una fuerte bajada que se me pasan volando. Llego a Roncesvalles a las 17:45 aprox. y voy a la oficina del peregrino, donde me mandan al albergue juvenil, porque allí hay espacio para poder guardar la bici. El albergue está muy bien, pero me parece muy caro ya que cuesta 8 €.Conozco a una matrimonio de Getxo que inicia el camino en bici en Roncesvalles. Llevan alforjas como las mías y la señora las lleva colocadas al revés y por ese motivo iniciamos la conversación.
A las 20:00, asisto a la misa del Peregrino, algo muy emocionante, nombran a peregrinos de más de 20 países, y al final todos delante del altar recibimos la bendición en 6 idiomas